Mientras tanto
Mientras se calentaba el agua para el mate, unos minutos antes del comienzo del Alemania-Argentina de esta tarde, recordé el viaje a Chile a través de imágenes que condensaban momentos singulares o repetidos. Desde la sensación unidireccional en la cola del banco para pagar la reserva de los boletos de avión hasta la noche cansada, incómoda y, a pesar de ello, satisfecha en el Tienda León rumbo a Mar del Plata, pasaron los paseos por los malls, los changuitos en los enormes supermercados, el niño conduciendo sus autitos por el tapizado del auto, el cerro San Cristóbal detrás del acrílico del teleférico, las cenas, la oficina. Al escupir el primer mate –todavía frío– en la pileta de la cocina, pensé en aquel, a un costado de la salida del pueblo-calle de artesanías de greda.
Especulé después que este país es en gran parte así por momentos como ese; un país gestado en espera del agua del mate, moldeado por todo lo que se piensa y se hace –o se deja de hacer– mirando la pava sobre el fuego.
9.02.2005